Cómo invertir en agricultura a través de materias primas y tierras de cultivo

Las materias primas agrícolas son activos estratégicos en contextos de alta inflación y tensiones geopolíticas, ya que ofrecen protección natural frente a la pérdida de poder adquisitivo. Además, ofrecen una rentabilidad estable y una baja correlación con respecto a los mercados financieros al momento de invertir en ellas.

El crecimiento de la población mundial, la demanda creciente de alimentos y la presión sobre los recursos naturales han impulsado la inversión en agricultura. El sector ha invertido en innovación en los últimos años, generando nuevas oportunidades.

Desde España podemos acceder a estos activos mediante fondos especializados, ETFs o plataformas de inversión global. Vamos a aprender cómo podemos invertir agricultura a través de materias primas agrícolas y tierras, qué riesgos deberemos tener en cuenta y qué productos se han comportado mejor en los últimos meses.

Materias primas agrícolas: Definición y principales tipos

Las materias primas agrícolas son productos básicos que provienen de la agricultura y se utilizan para producir alimentos, bebidas, biocombustibles o textiles. Destacan los cereales, los cultivos industriales y las oleaginosas. A diferencia de otras commodities como el oro o el petróleo, las agrícolas tienen un valor esencial y recurrente, ya que forman parte de la cadena alimentaria mundial.

Invertir en el sector es exponerse a tendencias estructurales de largo plazo, dentro de las cuales englobamos al crecimiento de la población mundial, la urbanización, el aumento del consumo de proteínas y la escasez de recursos naturales.

La inversión en agricultura

Cuanto más crece la demanda de alimentos y se reduce la tierra cultivable, los precios reflejan al alza esa tensión.

Además, las materias primas agrícolas son un activo de cobertura frente a la inflación. Cuando los precios de los bienes y servicios suben, también lo hacen los de los alimentos, con lo cual mantienen su poder adquisitivo. Esto las convierte en una herramienta valiosa para diversificar carteras y mitigar riesgos en entornos de incertidumbre macroeconómica.

Eso sí, hemos de tener en cuenta que el rendimiento del sector está determinado por factores externos como el clima, las políticas agrícolas, los costes de la energía o las tensiones geopolíticas. Grandes sequías o conflictos geopolíticos que afecten a las rutas comerciales pueden alterar la oferta y generar mucha volatilidad.

Invertir en tierras de cultivo: ¿Una opción rentable?

La tierra es diferente a otros activos, porque tiene un componente físico y limitado, no puede reproducirse ni multiplicarse. Por eso, es un bien escaso, cuyo valor tiende a apreciarse a lo largo del tiempo. Su rendimiento, además de provenir de la revalorización del suelo, está vinculado a los ingresos derivados de su arrendamiento o explotación agrícola.

Muchos inversores institucionales han incrementado su exposición a tierras agrícolas en las últimas décadas, especialmente en regiones muy productivas y con estabilidad política, como Estados Unidos o Europa del Este. En España el mercado es más limitado, pero también surgen algunas oportunidades en zonas de regadío o cultivos especializados.

Si invertimos en tierras agrícolas estaremos más protegidos frente a la inflación, tendremos una cartera diversificada y, además, apostaremos por un activo con baja correlación con los mercados financieros.

Sin embargo, la inversión directa en tierras agrícolas tiene barreras de entrada significativas, porque requiere un capital elevado, conocimientos técnicos y gestión continuada. Otros factores como la calidad del suelo, la disponibilidad del agua o las regulaciones locales pueden afectar a nuestra inversión.

Por eso, acceder a este sector a través de vehículos colectivos como fondos de inversión es la opción preferida por muchos inversores.

Cómo invertir en materias primas agrícolas desde España

La democratización del acceso a los productos financieros ha facilitado la inversión en todo tipo de activos, incluidas las materias primas agrícolas o las tierras de cultivo. Aunque no podemos comprar grandes cantidades de trigo o maíz desde nuestra casa, hay muchas vías indirectas para entrar en este mercado.

ETFs

Los fondos cotizados son el camino más directo a la inversión en materias agrícolas. Estos productos, disponibles en algunas plataformas como eToro, Trade Republic o Lightyear, nos permiten invertir en cestas diversificadas de materias primas como soja, maíz, trigo, café o cacao, sin tener que gestionar nosotros contratos de futuros. Algunos productos así son el Invesco DB Agriculture Fund o el WisdomTree Agriculture ETF.

Fondos de inversión tradicionales

Otra alternativa son los fondos tradicionales que invierten en compañías vinculadas al sector agroalimentario, como productores, distribuidores o empresas de biotecnología agrícola. Gestoras como BlackRock o Pictet ofrecen fondos especializados en economía agrícola.

Mercado de futuros

Es una opción para los inversores más experimentados. El mercado de futuros de materias primas agrícolas a través de intermediarios autorizados, donde se negocian contratos sobre el precio futuro de productos como el trigo o el café. Este tipo de inversión es más compleja y también más arriesgada, ya que requiere un conocimiento profundo del apalancamiento, las garantías y la volatilidad de los precios.

Tierras agrícolas o empresas

Si buscamos una exposición tangible, existen opciones de inversión en tierras agrícolas o en empresas agroindustriales, tanto de forma directa como a través de vehículos colectivos como REITs agrícolas o fondos de capital privado.

Los mejores fondos y ETFs agrícolas y de tierras

Las mejores plataformas para invertir en materias primas y agrícolas

Costes y comisiones

eToro no tiene comisión de compraventa para las operaciones de ETFs sin apalancamiento. No se aplica tampoco comisión de custodia para estos productos, pero sí existe comisión de retirada de fondos de 5 dólares para cuentas en esa divisa, así como comisión por inactividad de diez dólares al mes siempre que acumulemos una inactividad de más de 12 meses.

Costes y comisiones

Trade Republic cobra una comisión principal de 1€ por operación, sin importar el volumen. Para los “saving plans” de ETFs y acciones, las inversiones periódicas programadas, no cobran comisiones de ejecución.

No aplica comisiones de custodia, mantenimiento o inactividad. En el caso de activos denominados en otra moneda diferente al euro, tendremos que asumir costes de conversión de divisa.

Costes y comisiones

Según los datos que arroja la plataforma, Lightyear no cobra comisión de ejecución en los ETFs cotizados europeos. Tiene una comisión de conversión de divisas del 0,35% si operamos en monedas diferentes a la de nuestra cuenta.

Por otro lado, no tiene comisión de mantenimiento o inactividad, aunque debemos tener en cuenta los costes particulares de cada ETF.

Costes y comisiones

InbestMe se caracteriza por su estructura sencilla de costes y comisiones. La gestión, custodia y gastos de sus carteras conllevan una tasa que varía entre el 0,19% y el 0,41%, en función del capital invertido.

Entre sus ventajas destaca que no hay comisiones ocultas, hace rebalanceo automático y es más eficiente fiscalmente que los fondos tradicionales. En total, el coste de una cartera de ETFs en la plataforma ronda el 0,7% anual.

Fiscalidad de la inversión en materias primas agrícolas y tierras en España

La fiscalidad de la inversión en materias primas agrícolas y tierras en España depende del vehículo que utilicemos para invertir. No es lo mismo hacerlo a través de un ETF o fondo de inversión, que mediante la compra directa de terrenos agrícolas.

En cualquier caso, todas las ganancias derivadas de estas inversiones se consideran rendimientos del capital mobiliario o ganancias patrimoniales, y tributan en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

Si optamos por ETFs o fondos de inversión, las plusvalías se integran en la base del ahorro y tributan con tipos que van desde el 19% hasta el 28%.

Los fondos de inversión tienen una ventaja sobre los ETFs. En España disfrutan del régimen de traspasos, lo que permite cambiar de un fondo a otro sin tributar por las ganancias latentes hasta el momento en que retiremos el dinero. Sin embargo, los ETFs no gozan de este diferimiento fiscal. Cada pérdida o ganancia debe declararse en ese mismo ejercicio fiscal.

Las tierras de cultivo tienen otra fiscalidad. Si adquirimos una finca rústica con fines especulativos o de arrendamiento, las plusvalías generadas por su venta tributan como ganancias patrimoniales en el IRPF, con los tipos que ya hemos mencionado. Por otro lado, los ingresos por arrendamiento agrícola se consideran rendimientos del capital inmobiliario y pueden deducirse los gastos asociados a la explotación o mantenimiento del terreno.

En cuanto a la fiscalidad internacional, si invertimos en fondos o ETFs extranjeros, puede que se practiquen retenciones en el país de origen sobre los dividendos, aunque normalmente se compensan gracias al Convenio de Doble Imposición que España mantiene con el país de origen.

Riesgos de invertir en agricultura y tierras de cultivo

Comprender los riesgos asociados a la inversión en agricultura y tierras de cultivo es esencial para evitar sustos innecesarios. Vamos a repasar los más importantes.

Estrategias de inversión y diversificación

Invertir en agricultura y tierras de cultivo combina potencial de rentabilidad a largo plazo con una exposición significativa a riesgos externos. Por eso, una diversificación inteligente es la mejor opción para lograr resultados sostenibles en el tiempo.

Lo primero que tenemos que hacer es definir el grado de exposición deseado. Si somos más conservadores podemos optar por fondos o ETFs agrícolas que replican índices de materias primas. Estos instrumentos permiten obtener exposición diversificada sin tener que gestionar activos físicos.

Si tenemos un perfil de largo plazo puede interesarnos la inversión directa en tierras agrícolas. Una estrategia que combina la estabilidad de un activo real con el potencial de revalorización del terreno y los ingresos derivados del arrendamiento o explotación agrícola. Es una inversión complementaria y no principal dentro de una cartera diversificada.

Otra vía es invertir en empresas agroindustriales o productoras de fertilizantes, maquinaria o semillas, que permiten capturar el crecimiento del sector sin depender de la producción agrícola. También hay fondos temáticos centrados en sostenibilidad alimentaria, eficiencia agrícola o innovación tecnológica.

Desde el punto de vista estratégico, la clave está en combinar activos físicos y financieros, así como diversificar geográficamente. Distribuir la inversión entre distintos continentes reduce el impacto de factores locales. A su vez, la exposición a distintas materias primas suaviza la volatilidad derivada de los ciclos de oferta y demanda.

También debemos ajustar el horizonte temporal. La agricultura y las tierras son activos de maduración lenta, sus resultados se aprecian con el paso de los años. Por eso, las estrategias a corto plazo solo son adecuadas si operamos con derivados o fondos cotizados de alta rotación.

Evidentemente, es fundamental revisar periódicamente la cartera. Los precios agrícolas están influenciados por factores macroeconómicos, y una supervisión constante permite equilibrar posiciones y proteger la rentabilidad.

Disclaimer eToro

Las inversiones en criptomonedas son riesgosas y pueden no ser adecuadas para inversores minoristas; podrías perder toda tu inversión. Comprende los riesgos aquí. 

Descargo de responsabilidad: Este artículo no constituye una recomendación para comprar o vender ningún valor. Se trata de un contenido educativo, que sirve como guía para interpretar indicadores y parámetros aceptados de modo general en la industria financiera. La información de este artículo no se puede tomar como consejo de inversión, y es fundamental entender que la inversión en mercados constituye un alto riesgo para tu capital. No inviertas nunca aquel dinero que no puedes permitirte perder.