Índice SinComisiones: acceso a la vivienda propia en las principales ciudades de Baleares
Según el último informe del Índice SinComisiones, el sueño de acceder a una propiedad es prácticamente inalcanzable para una persona soltera en las islas Baleares. El principal obstáculo es el ahorro necesario para cubrir el 30% del valor de la vivienda, requisito para acceder a una hipoteca.
En las Islas Baleares, los plazos de ahorro oscilan desde los 4 años para una pareja en Inca, la ciudad más accesible, hasta los insólitos 58 años y medio que necesita una persona soltera en Formentera. En Ibiza, las cifras también son imposibles: 43 años de ahorro para los solteros y 13 años para las parejas.
En resumen
En Formentera, una persona soltera necesitaría ahorrar más de 58 años para acceder a una hipoteca. Además, los resultados del índice muestran que en varias ciudades de las islas no alcanza la vida para lograr el ahorro requerido para solicitar una hipoteca.
Estos datos ponen de manifiesto que ni siquiera las personas con un salario medio, que viven y ahorran en pareja, y no tienen hijos, pueden permitirse adquirir una propiedad en las principales ciudades de las Baleares. Solo en Inca, las parejas con dos salarios medios, sin carga familiar, podrían acercarse a la posibilidad de comprar un piso modesto.
Esta barrera financiera añade más dificultad a un mercado ya de por sí exigente, complicando el acceso a la vivienda para muchos.
Los cálculos de SinComisiones se basan en tratar un conjunto de datos estadísticos con una visión económica y sociológica, como los precios del metro cuadrado para cada ciudad, la mediana de salarios y los requisitos bancarios para que te concedan una hipoteca, entre otros. Todo ello adaptado específicamente a cada ciudad en concreto, lo que representa un importante avance sobre los estudios inmobiliarios más genéricos.
El Índice SinComisiones pretende documentar y poner de manifiesto la gentrificación urbanística que atenaza a las grandes ciudades españolas. Esto conlleva un verdadero efecto expulsión sobre sus propios ciudadanos cuando quieren tener su vivienda en propiedad.
Falta de suelo, escasez de trabajadores y viviendas de lujo
A la limitada disponibilidad de suelo para la construcción en Baleares, se suma la lentitud en la concesión de licencias, lo que ralentiza el desarrollo de nuevas viviendas. La Asociación de Constructores de Baleares estima que hacen falta 35.000 viviendas para satisfacer la demanda actual, lo que ha disparado los precios en las propiedades disponibles.
Además, hay dos fenómenos que agravan la situación: las propiedades que se están construyendo son viviendas de lujo, completamente inaccesibles para la clase media y la competencia con inversores extranjeros. “En Baleares se vive un fenómeno similar al de Canarias, donde el interés extranjero por comprar propiedades, ya sea como segunda residencia o inversión, dificulta aún más el acceso a una vivienda para los residentes locales”, explica Gabriel Rodríguez Lorenzo, cofundador de SinComisiones.
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