Cómo invertir en una EPSV: Ventajas e inconvenientes

¿Qué es una EPSV?

Una Entidad de Previsión Social Voluntaria (EPSV) es un producto de ahorro e inversión a largo plazo con carácter social, cuyo propósito principal es complementar la pensión pública de jubilación. Las EPSV están reguladas por la Ley desde 1983 y por las adaptaciones posteriores aprobadas por el Gobierno Vasco y la Dirección de Política Financiera. Aunque funcionan de forma similar a un plan de pensiones tradicional, disponen de una regulación específica y de beneficios fiscales propios que las diferencian de otros productos financieros.

Las empresas pueden promover EPSV de empleo para ofrecer a sus trabajadores un sistema complementario de ahorro para la jubilación, combinando rentabilidad, seguridad y ventajas fiscales.

Tipos de EPSV

Hay varios tipos de EPSV según quién las promueve, su objetivo y cómo se organizan.

EPSV individuales

Son las más parecidas a los planes de pensiones. Cualquier residente en Euskadi puede abrir una entidad decidiendo el importe y la periodicidad de sus aportaciones. Son adecuadas si buscamos un vehículo personal de ahorro para la jubilación y ofrecen flexibilidad en cuanto a su gestión.

EPSV de empleo

Están promovidas por empresas o administraciones públicas para sus trabajadores. Tanto la empresa como nosotros, como empleados, podemos hacer aportaciones. Buscan garantizar un complemento a la pensión pública de jubilación gracias al ámbito laboral. Son atractivas porque nos permiten hacer aportaciones más elevadas.

EPSV asociadas

Están impulsadas por colectivos profesionales, asociaciones o sindicatos. Debemos pertenecer a estos colectivos para beneficiarnos de sus ventajas. Están diseñadas para un mismo perfil de inversor, generalmente con profesiones comunes, como médicos, abogados o funcionarios.

Los mejores bancos para contratar una EPSV

Vamos a hacer un repaso de las entidades que ofrecen mejores condiciones para contratar una EPSV.

Cómo funciona una EPSV: Casos prácticos

Las EPSV son, en resumidas cuentas, instrumentos de ahorro colectivo. El partícipe hace aportaciones periódicas o puntuales que se invierten en activos financieros que varían en función del perfil de riesgo elegido.

Invertir en una EPSV nos otorga una ventaja fiscal inmediata, dado que las aportaciones reducen la base imponible del IRPF. Mientras el dinero esté en la entidad, se capitaliza y genera una rentabilidad que se acumula sin tributar.

Cuando llegamos a la edad de jubilación, rescatamos el dinero, que tributa como rendimiento del trabajo. También podemos retirar aportaciones siempre que hayan pasado más de 10 años desde que lo invertimos.

Vamos a ver algunos casos prácticos para comprender mejor el funcionamiento de estos instrumentos:

• María tiene 40 años y reside en Bilbao. Su intención es aportar 000 € cada año a su EPSV hasta que se jubile a los 67 años. Entonces habría acumulado 81.000 € en aportaciones, que además le generan ahorro fiscal cada ejercicio.

Supongamos una rentabilidad anual del 3%. Así, María tendría 120.000 € al llegar a su jubilación. Quiere rescatar parte de sus ahorros en forma de capital para aprovechar la reducción fiscal del 40% en aportaciones anteriores a 2007. El resto lo rescatará como una renta periódica para distribuir la carga impositiva en varios años.

• Iñaki tiene 55 años. Su empresa le ofrece una EPSV de empleo en la que aporta500 € cada año, mientras la compañía complementa esas aportaciones con 4.000 € más. En diez años acumulará 55.000 €.

Iñaki decide esperar dos años más para jubilarse para rescatar el plan en mejores condiciones fiscales. Así, reducirá su carga en el IRPF porque sus ingresos a los 67 años serán menores.

• Ane tiene 35 años y aporta 200€ mensuales durante 12 años. Acumula unos 28.800 € en rendimientos. Gracias a la norma de liquidez a los 10 años, rescata parte del ahorro para la entrada de una vivienda y mantiene el resto para su jubilación.

La fiscalidad de las EPSV

Este es uno de los aspectos que mejor diferencian a una EPSV frente a otros productos de ahorro parecidos, como los planes de pensiones tradicionales. Para planificar correctamente el rescate de una EPSV, es fundamental que entendamos cómo tributa una EPSV en el IRPF. Este tipo de entidad cuenta con un régimen fiscal propio que, si lo gestionamos de forma adecuada, puede suponer un ahorro fiscal importante. A continuación, profundizaremos en los detalles de su fiscalidad.

Antes de eso, hemos de saber que, durante la fase de ahorro, las aportaciones realizadas a una EPSV disfrutan de una deducción fiscal directa. Esto significa que se restan de la base imponible del IRPF hasta el límite anual de 5.000 €. Gracias a esta ventaja fiscal, podemos reducir de manera inmediata su factura en la declaración de la renta.

Sin embargo, cuando llega el momento de realizar el rescate de una EPSV, el tratamiento fiscal cambia. Las cantidades percibidas tributan como rendimientos del trabajo, con independencia de cómo se reciban los fondos. En la práctica, se consideran equivalentes a un salario o una pensión pública y no se clasifican como rendimientos del capital mobiliario, a diferencia de otros productos de inversión.

El dinero rescatado se sumará a nuestros ingresos anuales y tributará según los tramos progresivos del IRPF, que suelen situarse entre el 23 % y el 49 %, dependiendo de la comunidad autónoma. Por esta razón, conviene planificar el rescate con antelación. Si retiramos una cantidad demasiado alta, podríamos saltar a un tramo impositivo superior y reducir así la rentabilidad neta de la inversión.

Para evitar este efecto, la normativa contempla una reducción fiscal del 40 % sobre las prestaciones recibidas en forma de capital, siempre que correspondan a aportaciones con más de dos años de antigüedad. En los casos de jubilación, el rescate debe efectuarse dentro de los dos años posteriores al hecho causante, es decir, cuando dejamos de trabajar.

Es uno de los incentivos fiscales más potentes de las EPSV, aunque solo puede aplicarse una vez. Por ejemplo, si un jubilado rescata 100.000 € en capital y cumple los requisitos, solo tendrá que tributar por 60.000 €. Si además opta por rescatar el resto mediante rentas periódicas, podrá optimizar su fiscalidad y distribuir la carga tributaria en varios ejercicios.

Por último, en el caso de rescates extraordinarios, el tratamiento es idéntico: se integran como rendimientos del trabajo, aunque pueden aplicarse las mismas reducciones si se cumplen las condiciones de antigüedad exigidas.

El perfil del inversor de una EPSV

El inversor promedio de una EPSV es alguien que quiere planificar su jubilación con tiempo de antelación para aprovechar los beneficios fiscales. Evidentemente, por el momento están limitadas a vecinos del País Vasco. Normalmente, no encontraremos a un especulador o a un inversor que busque pescar amplias rentabilidades rápidamente en este tipo de productos. Generalmente, hablamos de personas con visión a largo plazo.

Suelen ser trabajadores en activo, de mediana edad que saben lo importante que es empezar a ahorrar lo antes posible. La treintena o cuarentena es una buena edad para comenzar, con cierta estabilidad laboral y con el margen para dedicar parte de su sueldo al ahorro.

Evidentemente, los inversores de una EPSV valoran la seguridad jurídica y, sobre todo, la ventaja fiscal inmediata sobre las plusvalías potenciales. Por lo tanto, hablamos de inversores conservadores o moderados.

Estrategia de inversión en una EPSV

Para invertir en una EPSV tenemos que entender que su planificación debe vincularse a los objetivos de jubilación de cada uno de nosotros.

Debemos tener en cuenta, como con otros productos que ya hemos analizado, tres claves: horizonte temporal, perfil de riesgo y capacidad de ahorro.

Cuanto antes empecemos a invertir, más dinero acumularemos gracias al efecto del interés compuesto. Por eso es mejor comenzar lo antes posible, aunque sea con bajos volúmenes de capital.