Las empresas españolas de aeroespacial y tecnología defensiva se preparan para su época dorada

Pese al peso del turismo sobre el PIB, en España también hay empresas consolidadas y recién nacidas que destacan en innovación y nuevas tecnologías. Ahora, el difícil contexto geopolítico les sirve como alfombra roja con la que disparar su valor y captar fondos.
GMV, Sener, Hispasat o Thales Alenia Space, así como startups como Sateliot, Pangea Aerospace, Fossa Systems, son empresas que producen tecnología defensiva, espacial o de telecomunicaciones sobre la que llueve la inversión tras el giro político de la UE en materia de competitividad y defensa.
La presión por parte del presidente estadounidense Donald Trump, así como la amenaza vecina de Rusia y, más recientemente, los boicots a empresas armamentísticas israelís a causa del genocidio en Gaza, han obligado a la UE a reformular por completo su estrategia defensiva, y eso pasa por instar a todos sus socios a aumentar la inversión nacional en Defensa.
A esto se suma el auge del new space, una industria de satélites de baja altitud, que proveen servicios de telecomunicaciones o Internet, como son los Starlink de Elon Musk o los de Sateliot, una startup catalana que también ofrece conexión 5G desde el espacio.
Así, empresas de Madrid y Barcelona, pero también de Andalucía, Comunidad Valenciana o Pontevedra se preparan para un episodio muy dinámico en el que tornarse más competitivas y servir no solo a la Defensa española, sino como producto muy interesante en los mercados globales.
Fuertes estímulos al sector
En total, la industria espacial española facturó 1.200 millones en 2023, con un esfuerzo en investigación y desarrollo cercano al 18% de las ventas, según la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE). Así, el sector de defensa representa ya cerca del 1% del PIB nacional, aupado por unas inversiones tanto públicas como privadas continuas en los últimos años.
Este mismo verano se dieron dos circunstancias muy favorables. Por un lado, se firmó el tan anticipado contrato para financiar Paz 2: dos nuevos satélites de radar españoles con más de 1.000 millones de inversión. Por otro lado, el Ministerio de Defensa oficializó su intención de lanzar nuevos programas e inversiones para ir avanzando hacia los nuevos topes de gasto, como el objetivo del 2% del PIB en inversión en Defensa.
La agenda para este 2025 la marca el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa, con el que el Gobierno aprobó una inversión inicial de más de 10.000 millones de euros para mejorar y modernizar las Fuerzas Armadas.
Este plan “es la respuesta de España a un contexto internacional marcado por la creciente beligerancia rusa, la aparición de nuevas amenazas híbridas, y el replanteamiento de la alianza atlántica. Supone un reflejo claro de su firme compromiso con la seguridad de la ciudadanía, el progreso tecnológico del país y el avance del proyecto europeo”, según el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Entre las cinco partidas a las que se destinarán esos 1.000 millones constan la adquisición de nuevas tecnologías de telecomunicación y ciberseguridad (31% de los fondos), la fabricación o compra de nuevos instrumentos de defensa y disuasión (19%), y una mejora del equipamiento de las Fuerzas Armadas “a fin de equipararlas con la de los países más avanzados de la UE” (35%).
Empresas españolas en terreno de juego
Según TEDAE, España ya cuenta con más de 400 compañías aeroespaciales, especializadas en microelectrónica, software, comunicaciones o análisis de datos satelitales.
Por ejemplo, GMV (Madrid) cuenta con 1.800 empleados y ha ganado fama en Europa por su participación en el programa espacial europeo Galileo. Sener, empresa vizcaína, registra unos 710 millones de euros de facturación y ha participado en proyectos de la Agencia Espacial Europea como la sonda Comet Interceptor o el satélite Proba-3.
Destaca especialmente Indra, gran compañía que prevé cerrar en octubre la compra de casi el 90% de Hispasat por unos 725 millones de euros, con la intención de crear su nueva rama Indra Space. Hispasat proveía de satélites a Iberdrola hasta hace poco; la energética ha decidido sustituirla por las extranjeras Starlink y Space X de Musk.
Hay que mencionar, no obstante, que la mayor beneficiaria del incremento del gasto en defensa entre 2022 y 2024 ha sido una empresa no española: Airbus (eso sí, con unos 14.000 empleados en nuestro país). La francesa se llevó 2.628 millones de euros, a cambio del suministro de 16 aviones C295. Las dos siguientes que completan el podio sí que son nacionales: Rheinmetall Expal Munitions, con 1.048 millones de euros, y Escribano Mechanical & Engineering, con 737 millones de euros. La cuarta empresa es noruega: Kongsberg, que ha cobrado unos 498 millones, seguida de Indra en quinta posición, con 445 millones de euros.
Otros nombres son Telespazio Ibérica, Tecnobit (Grupo Oesía), Integrasys, Arquimea, PLD Space, Alén Space, Satlantis, Open Cosmos, Ienai Space, Arkadia Space o UARX Space; empresas nacionales que intentan llegar y superar a la exigencia innovadora de la economía actual.
Independencia militar
El panorama geopolítico y el plan de rearme europeo explican los buenos resultados en Bolsa de compañías tecnológicas o armamentísticas, y cualquier llamamiento a consumir productos europeos para prescindir de los estadounidenses o de los israelís, contribuirá a fortalecer la industria propia y a avanzar así en otro objetivo de la UE, el de ser competitiva e independiente de tecnologías norteamericanas o chinas.
Incluso es probable que el techo de gasto acabe subiendo algo más del 2%, en caso de que España ceda un poco a la marca del 5% establecida por la OTAN.