Si abro una cuenta bancaria para varias personas, ¿todos somos dueños del dinero?

Si abro una cuenta bancaria para varias personas, ¿todos somos dueños del dinero?

Lo más probable es que ya sepas que una cuenta bancaria no tiene por qué ser individual, sino que es posible tener una cuenta conjunta que compartas con tu pareja, familia, amigos que planean un viaje, etcétera.

Con estas cuentas, varias personas podrán meter o sacar dinero, y de la misma forma revisar el saldo y llevar un control de la cartera. Son una excelente forma de tener una hucha o fondo común y gestionar la economía compartida de un piso, un núcleo familiar o una red de apoyo entre particulares.

Pero ojo, porque si bien esta es la imagen que todos tenemos sobre una cuenta conjunta, otra cosa son las especificaciones contractuales de la misma.

Y es que, hay que plantearse, ¿a quién pertenece realmente el dinero de una cuenta conjunta? ¿Puede uno de los integrantes llevarse todo el dinero sin dar explicaciones? ¿Qué protección tienen nuestros ahorros en este caso? Veámoslo.

Qué hay detrás de una cuenta conjunta

Para empezar, hay que conocer que a la hora de abrir una cuenta conjunta, el banco nos preguntará qué régimen queremos aplicarle, y las condiciones dependerán entre uno y otro. Podemos optar por el régimen de disposición solidaria y por el régimen de disposición mancomunada.

Tal y como explican desde el Banco de España, las cuentas solidarias funcionan con total libertad: cualquiera de los titulares puede mover dinero sin pedir permiso, ya sea sacar efectivo, transferir o pagar. Por eso se usan entre personas con mucha confianza (familia, parejas, socios) y el banco no va a entrar en nuestros acuerdos privados.

Si internamente pactamos límites o compromisos entre nosotros, eso no va a alterar el hecho de que para el banco todos seguimos siendo iguales: la titularidad es conjunta y solo cambia si se comunica formalmente por todos o interviene un juez. Además, el régimen no es fijo: una cuenta mancomunada puede transformarse en solidaria si todos los titulares lo autorizan expresamente.

Las cuentas mancomunadas, por el contrario, tienen una serie de requisitos a la hora de retirar dinero. Están más controladas, lo que implica que no se puede operar con la misma velocidad.

En ellas, ingresar dinero es libre, pero cualquier operación que reduzca el saldo requiere la firma de todos los titulares o del número pactado en el contrato. El banco está obligado a bloquear movimientos que no cumplan con las firmas exigidas. Entran en juego conceptos como autorizado o cotitular, donde el autorizado solo tiene las capacidades que le otorguen los titulares.

El sistema que se aplica por defecto si el contrato no especifica nada es el mancomunado, por lo que podemos estar tranquilos si hemos abierto una cuenta sin detallar nada.

Y hay otro matiz importante: salvo que el contrato diga otra cosa, si uno de los titulares se opone al funcionamiento solidario de la cuenta o pide bloquearla, la entidad debe frenar cualquier operación no autorizada por todos y avisar cuanto antes.

Esto garantiza que nadie pueda actuar por su cuenta cuando existe un conflicto o se pierde la confianza.

¿Cuenta conjunta en un neobanco?

Los bancos digitales se están popularizando mucho, y por ello, podemos preguntarnos si es posible abrir una cuenta de este tipo en una app como Revolut, por poner un ejemplo. En el caso de este neobanco y de otros muchos, sí que es posible abrir una cuenta conjunta, pero hay que entender que suelen operar básicamente como cuentas solidarias.

Lo que nos ofrece un banco tradicional es esa seguridad de las cuentas mancomunadas, en tanto que se exige la confirmación de varios participantes para validar una transacción. En neobancos, estas garantías no suelen entrar en consideración, por lo que cualquiera puede sacar el dinero que quiera, enviándose, eso sí, una notificación móvil al resto de usuarios de la cuenta.

Por ello, si queremos garantías para una cuenta con personas que no son del todo confiables, acudir a una entidad tradicional puede ser lo más seguro, al menos hasta que las operativas digitales evolucionen un poco en este sentido.

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Desventajas

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Cuándo puede ser útil una cuenta conjunta

Una cuenta conjunta puede ser la mejor opción cuando varias personas necesitan gestionar gastos comunes, evitando estar pidiéndose Bizums a todas horas. Para parejas que comparten alquiler, hipoteca o facturas, simplifica la organización y evita que uno cargue con todos los pagos esperando a que el otro nos compense después.

En familias, por ejemplo para gestionar los gastos o cuidados de un familiar mayor, una cuenta conjunta puede aportar transparencia y permitir que todos supervisen la misma información.

En resumen, en entornos donde hay confianza real y comunicación fluida, este tipo de cuenta puede agilizar el día a día.

Problemas frecuentes de las cuentas para dos titulares o más

El problema aparece cuando esa confianza entre los miembros no es tan sólida. Una cuenta conjunta puede convertirse en una fuente de problemas si hablamos de socios empresariales, de comunidades de vecinos, asociaciones, etcétera.

En el ámbito profesional, usar una cuenta conjunta sin un acuerdo detallado es invitar al caos, por lo que conviene dejar todo por escrito y ante notario. Pero también en el ámbito familiar sobre todo si hablamos de importes grandes, sabiendo que, por desgracia, aquí también pueden surgir problemas.

En parejas recién formadas, amistades nuevas, o cuando las relaciones familiares son más bien tensas, compartir el saldo puede abrir la puerta a disgustos, desconfianzas o decisiones unilaterales que amenacen nuestra parte del dinero.

Por otro lado, hay dos casos en los que pueden aparecer problemas incluso si los lazos entre miembros son buenos. Recordemos que Hacienda echa mano de estas cuentas, y si es una compartida entre padres e hijos, es importante que se demuestre qué dinero han aportado los padres, para evitar que el hijo pague impuestos que no le corresponde.

Asimismo, si tenemos una cuenta mancomunada (no así con la solidaria), tengamos en cuenta que si uno de los titulares fallece, el banco podría restringir movimientos hasta comprobar qué especifica su testamento al respecto.

Tu seguridad es lo primero

Nuestra prioridad es que estés seguro. Por ello, tus datos están encriptados y jamás los utilizaremos para fines no autorizados. Además, cumplimos con el último reglamento de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD).