Por qué invertir en fondos indexados es más caro en España que en cualquier otro país de Europa

Por qué invertir en fondos indexados es más caro en España que en cualquier otro país de Europa

Los fondos cotizados (o ETF, por sus siglas en inglés) no han dejado de popularizarse en los últimos años, dadas las bajas comisiones y las promesas de rentabilidad pasiva. En el mercado europeo, los ETF ya han acaparado 2,30 billones de euros, según datos de Morningstar.

Frente a los cotizados, los fondos indexados (los que no se compran o venden en Bolsa), acumulan unos 4 billones de euros, manteniendo de momento el liderazgo. Así, diríamos que la inversión pasiva en la región europea maneja actualmente unos 6,30 billones de euros.

Los bajos costes y flexibilidad de los ETF ha causado la tendencia a la baja en el precio de los fondos indexados, que han ido disminuyendo sus comisiones. Así, en países como Reino Unido, Suiza o Italia, el coste medio ponderado de los fondos pasivos se encuentra por debajo del 0,20% de media, según ElEconomista. Sin embargo, en España su precio está en torno al 0,70%. Esto es más caro que en Francia, donde el coste está en el 0,60%, y que en Alemania, con un coste del 0,40% en el país germano.

El precio de la inversión pasiva en España ha descendido notablemente en los últimos diez años. Hace una década, el precio era del 1,11%. No obstante, el nuestro sigue siendo el país con los fondos indexados más caros (también el precio de hace diez años era el más caro en ese momento).

Cabe preguntarse entonces por qué el precio de los fondos indexados sigue siendo tan alto en España, pese a que el auge de los ETF, con todas sus ventajas, presionan a la baja en el resto de países de nuestro entorno.

Falta de competencia en el sistema bancario y comisiones ocultas

Las razones las encontramos en un sistema bancario español que, por su naturaleza, limita la competencia, y en una regulación tributaria que beneficia los fondos indexados frente a los ETF, mediante exenciones fiscales.

Por un lado, los grandes bancos tradicionales españoles siguen dominando la distribución de fondos entre la ciudadanía (situación, hay que decir, no muy distinta a la del resto de países europeos). Dado que no es necesario el intermediario bancario para comprar un ETF, (pueden comprarse directamente en Bolsa como cualquier otra acción), los bancos tienden a favorecer a los fondos indexados.

Fondos indexados con los que, a su vez, los bancos ganan comisiones al ofrecerlos. Estas son las llamadas retrocesiones, comisiones que las gestoras pagan a los bancos a cambio de que estos recomienden sus fondos a los clientes. Estas retrocesiones son motivo de polémica, ya que aunque en países como Reino Unido o Suiza ya están prohibidas, y de que la normativa europea MiFID III recomienda su retirada, en España siguen estando vigentes.

En estos otros países, se aplica el modelo fee-only advice, esto es, se paga una comisión solo a cambio de un asesoramiento del banco, pero no se cobra retrocesión por vender al cliente un fondo si se ha hecho a petición, sin ninguna labor de asesoramiento de por medio.

Los ciudadanos, también debido a un menor nivel de conocimiento financiero, confían en las recomendaciones de sus entidades, pese a que se les cobra un precio mayor dado que el fondo repercute los costes de las retrocesiones en sus clientes. Así, acaban pagando más que si lo obtuvieran sin pasar por el banco, directamente con la gestora, o en Bolsa si se trata de un ETF.

Ventajas fiscales de los fondos indexados

A este contexto, se une el hecho de que en España los fondos indexados tienen una gran ventaja frente a los cotizados a nivel impositivo. Los fondos indexados pueden beneficiarse del diferimiento fiscal: no pagan impuestos por traspaso de fondos entre entidades, permitiendo encadenar el ahorro y la inversión sin pasar por la Agencia Tributaria, haciéndolo solo al final cuando rescatemos nuestro dinero.

Esta ventaja fiscal no se aplica a los ETF, lo que hace que muchos ciudadanos sigan optando por fondos cotizados de EEUU a precios más altos del que cuesta un ETF equivalente. Hay que indicar que los ETF españoles sí que permiten el diferimiento fiscal, pero es que estos apenas existen.

Con todo ello, vemos que los ETF van ganando terreno, pero se enfrentan en Europa, y sobre todo en España, a un entorno conservador. En 2024, el analista de investigación de gestores de Morningstar, Thomas DeFauw, señaló que “si bien las estrategias pasivas están ganando terreno en Europa, su dominio aún no se iguala al de EEUU. Gigantes como BlackRock (iShares) y Vanguard siguen liderando este movimiento, pero otros se están acercando. Aunque los ETF pasivos son comunes, los ETF activos representan una porción pequeña, pero creciente, del mercado europeo de fondos”.

No obstante, la creciente popularidad de plataformas digitales de inversión, neobancos, roboadvisors, y la propia competencia de las gestoras estadounidenses, invitan cada vez a más clientes a saltarse el intermediario del banco y contratar productos como los ETF con comisiones bajas.

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