Los jóvenes españoles tienen que dedicar el 92% de su sueldo a independizarse

El Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España ha publicado un nuevo estudio sobre la situación de la vivienda entre los jóvenes y los datos no son nada alentadores. Según esta última edición, realizada con datos del segundo semestre de 2024, “sólo el 15,2% de los jóvenes vive fuera del hogar familiar”, la peor cifra en un segundo semestre desde que comenzaron los registros (2006).

La dificultad para independizarse por cuenta propia

Uno de los datos que más resalta de este estudio es que los jóvenes ya tienen prácticamente imposible vivir solos. Con un precio medio del alquiler en máximos históricos (1080 euros mensuales, lo que supone un aumento del 11,6% interanual), los jóvenes tendrían que destinar el 92,3% de su sueldo al alquiler si quisieran tener una vivienda para ellos solos.

Siguiendo con el alquiler, el estudio declara que “el 57,9% de las personas jóvenes emancipadas vive de alquiler y, de ellas, casi un tercio comparte piso para poder asumir los gastos”. Así, esta se ha convertido en una generación inquilina, porque si el acceso a un alquiler en solitario ya es difícil, lo es aún más comprar una vivienda.

El precio de compra, también en máximos

“El precio medio de compraventa (197 210 euros) equivale a 14 años de salario juvenil y la entrada necesaria para adquirir una vivienda (59 163 euros) supone cuatro años completos de sueldo. Esta barrera económica, unida a la precariedad laboral, retrasa la independencia residencial y prolonga la permanencia en el hogar familiar”, dicen desde el Consejo de la Juventud de España.

El precio de la vivienda en España no ha parado de crecer y no ha ido en consonancia con el aumento de los salarios. Según los datos del Índice de Precios de Vivienda, entre 2015 y 2025 los precios han aumentado un 72%, mientras que el salario en este mismo periodo ha crecido únicamente un 24 %.

La generación que vivirá peor que sus padres

Desde hace unos años se está hablando de las generaciones de jóvenes actuales como las primeras que vivirán peor que sus padres (aunque a algunos les gusta recalcar que no peor que sus madres). Este estudio, sin duda, lo confirma. El Consejo de la Juventud de España ha utilizado para su análisis la información de personas con un máximo de 34 años, una edad en la que la generación anterior contaba con el poder adquisitivo suficiente para tener una casa con algunos años de hipoteca pagada, sostener una familia y disfrutar de vacaciones.

Sin embargo, la generación de jóvenes actual viene de una serie de acontecimientos que la han ido empobreciendo: la crisis de 2008 y su boom inmobiliario, la pandemia y su efecto sobre los negocios y el constante crecimiento de la inflación y, con él, de los precios de todos los productos en una proporción que tampoco va acorde con los sueldos.

Por supuesto, aquí puede haber todo un debate de si de verdad la generación de entre 16 y 34 años, que es la que analiza el estudio, vive peor que como lo hacían sus padres en esa franja de edad. Ahora tenemos mucho más ocio, pero ¿significa eso que vivamos mejor? Aunque internet ha llegado para mejorarnos la vida en muchos aspectos, en otros nos ha perjudicado. Las redes sociales y la exposición constante a los anuncios nos ha creado una necesidad de gastar de manera innecesaria, lo que hace más difícil conseguir ahorrar y, consecuentemente, poder comprar lo que antes era más accesible y que resulta esencial para una vida digna, una vivienda propia.

Tener trabajo y estudios ya no es garantía de una vida digna

En generaciones anteriores, tener un empleo podría asegurarte una vida digna. En la actualidad ya no es así. Los datos del estudio afirman que el 30% de los jóvenes en 2024 estaba en riesgo de pobreza o exclusión social y que casi 1 de cada 5 jóvenes con empleo (18,8%) continuaba en dicha situación, una cifra que alcanza el 50% para aquellas personas en este rango de edad que se encuentran en paro.

Asimismo, tener estudios superiores, que en generaciones anteriores se veía como un seguro para una vida más fructífera económicamente hablando, ya no da dicha seguridad. El informe revela que 6 de cada 10 jóvenes han superado la educación obligatoria y un 29,8% de ellos ha realizado estudios superiores, pero esto no es una garantía para poder independizarse. Aunque la tasa de paro es del 13,4% para los jóvenes con estudios superiores, una cifra mucho más baja que la de los jóvenes con estudios obligatorios (42,3%), el coste de la vida hace que independizarse sea difícil para los dos grupos.

El estudio también revela que el 35,5% de las personas jóvenes ocupadas compaginaban trabajo y estudios durante el segundo semestre de 2024. Esta cifra es aún más alta entre las mujeres, con un 40,5%. Con estos datos, no es raro que el paro juvenil esté en su momento más bajo desde 2007 (19%), aunque se sigue manteniendo en un 24,9% entre menores de 25 años. Además, el 36,2% de los jóvenes ocupados están sobrecualificados para su puesto.

Con estos datos en la mano, el Consejo de la Juventud de España hace un recordatorio de que el acceso a una vivienda digna es un derecho recogido en la Constitución e insta al Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana a que “abra un canal activo y periódico de seguimiento para evaluar la evolución de la situación juvenil y reformar aquellas políticas que no están funcionando”.

Entre las medidas recalcadas por el Consejo de la Juventud de España para solucionar esta crisis de la vivienda entre los jóvenes españoles destacan la aplicación efectiva de la Ley por el Derecho a la Vivienda, la reforma del Bono del Alquiler Joven (que no llega a toda la población en este rango de edad) y la construcción de parque público de vivienda en el que se destine un 40% a los jóvenes.

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