¿Cuál es la diferencia entre valor y precio?
La gente suele confundir el valor con el precio. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambos y por qué tiene importancia? ¿No deberían ir las dos de la mano? La realidad es que no es así, vamos a ver por qué.
El ojo del espectador
¿Cuál es la primera pregunta que suele hacer la gente cuando quiere comprar algo? «¿Cuánto cuesta?». Y eso sólo después de haber dado la vuelta al objeto una y otra vez buscando la etiqueta del precio. En la economía actual, el concepto de valor y precio han quedado atrapados juntos, pero no son sinónimos.
Tal vez te preguntes por qué algunas personas siguen comprando artículos caros cuando la mayoría de nosotros contamos cada euro tratando de mantener cada moneda el mayor tiempo posible en nuestros bolsillos.
El precio es precisamente una cantidad de dinero asignada a un artículo o servicio, suele reflejar los costes y otras muchas variables tanto a nivel local o mundial. También es una medida en relación con los beneficios, si el precio es demasiado bajo, el productor del artículo o del servicio perderá dinero ya que no podrá hacer frente a los costes.
Pero en el precio no solo se incluyen los costes, también tiene mucho que ver con el margen que aplique la empresa, su posición en el mercado (si quiere introducirse o si es un monopolio) y las condiciones generales de la economía (como la demanda, la inflación y la situación comercial)
Por su parte, el valor se refiere al significado que aplicamos a un bien o servicio, es una medida subjetiva, que nosotros ligamos a un determinado bien, a cubrir una necesidad e incluso a nuestra percepción de una determinada marca.
Por ejemplo, Apple se ha forjado una reputación inmensa en tecnología, estilo y exclusividad, como tal, la gente estará dispuesta a gastar más en un producto Apple que en un ¡o similar de otro fabricante.
Una decisión de compra va más allá del mero precio y se centra en lo que se percibe como el beneficio (el valor) que conlleva la compra de un determinado producto o servicio.
El precio y el valor en bolsa
«El precio es lo que se paga, el valor es lo que se obtiene».
Warren Buffet
Para ver la diferencia del precio y el valor, en este caso aplicado a la bolsa, veamos un ejemplo sencillo con Starbucks. Casi todo el mundo conoce la marca de cafeterías debido a su presencia global. Preguntemos a cualquier persona cuánto cuesta una taza de café de Starbucks y probablemente obtendremos una respuesta bastante precisa.
Como mínimo, la mayoría de nosotros será capaz de tener una idea más o menos aproximada y, casi con toda seguridad, estará dentro de ciertos rangos razonables. Si de repente te dijeran que un café en Starbucks pasa de costar entre 3 y 5 euros a costar 25 euros, probablemente te enfadarías por el elevado precio, porque tienes una idea bastante clara de lo que estás dispuesto a apagar por un café.
El valor de una taza de café es bien conocido, incluso por aquellos que no van mucho a la cafetería. Al igual que cuando compramos una taza de café, cuando compramos una acción estamos pagando un precio por un trocito de una empresa. Pasar de saber cuánto estamos dispuestos a invertir en unas acciones a entender cuál es el verdadero valor de Starbucks como negocio, es quizás el salto clave para realmente entender sobre la inversión.
En cualquier caso, una rápida búsqueda en Google nos permitirá conocer la cotización actual de cualquier empresa cotizada, hasta aquí es bastante fácil. Saber lo que hemos pagado por una acción de una empresa es una cosa, pero no significa que podamos decir con una mínima certeza cuál es el verdadero valor que estamos obteniendo, comprando acciones de esa empresa.
¿Por qué las acciones no tienen el mismo precio que mi taza de café?
El precio de una acción (o, de hecho, el precio de cualquier cosa) es simplemente la cifra que acuerdan un comprador y un vendedor en función de la demanda y la oferta. En el caso de productos y servicios básicos y conocidos por todos, como el café, es relativamente fácil entender la relación entre el precio y el valor. Si los precios de estos productos y servicios se triplicaran, casi automáticamente dejaríamos de comprarlos.
No es el caso de los inversores en bolsa. ¿Por qué las acciones suelen tener una probabilidad mayor de ser compradas después de haber duplicado o triplicado su precio? Porque lo complicado de comprar y vender acciones es que los inversores no suelen tener experiencia o el enfoque como dueños de empresas.
Esto hace que resolver la diferencia entre el valor de una acción y su precio sea una cuestión especialmente difícil para los inversores, muchas veces malinterpretando supuestas señales, como interpretar una rápida subida de una acción como una oportunidad de compra. Los mismos inversores pueden ser muy susceptibles a la venta por pánico cuando esa misma acción cae de repente.
Al igual que con nuestra taza de café, cuando pagamos un precio por una acción debemos tener claro el valor que esperamos obtener con la compra. ¿Qué valor obtendremos comprando unas acciones? Una rentabilidad futura. Precio es el coste de una acción hoy, valor es lo que podemos obtener en los próximos años con la marcha de ese negocio.
¿Es más importante el valor o el precio?
Como hemos visto, valor y precio no son lo mismo, sin embargo están correlacionados. Una empresa con un producto que la gente valora más hace que la sensibilidad al precio baje. Cuanto mayor valor percibimos, mayor precio estamos dispuestos a pagar en función de las necesidades que nos satisface. La fidelidad suele ser más profunda y duradera cuando se construye la marca sobre el valor y no sólo sobre el precio.