Calma absoluta en el BCE frente a tensión en la Fed: por qué UE y USA entran en 2026 por lados opuestos

Mientras que este diciembre el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá sin cambios los tipos de interés por sexta vez consecutiva, los expertos financieros estadounidenses alertan de una gran incertidumbre en cuanto a los futuros movimientos de la Reserva Federal (Fed), el banco central estadounidense.
Mientras que el BCE se siente acomodado en el 2% de interés que es, según la institución, el tipo ideal de estabilidad, la Reserva Federal se encuentra con una junta dividida y con niebla al frente debido a la ausencia de datos económicos que le impiden tomar decisiones formadas.
Desconcierto en la Fed ante las variables macroeconómicas
Esta falta de información se debe a los 43 días de shutdown que sufrió el Gobierno norteamericano entre octubre y noviembre, durante los que no se publicaron importantes índices de empleo o inflación. Con la administración aún resacosa por el retraso en la publicación, la Fed tiene que recalibrar para volver a conocer la situación en profundidad.
Además, la inflación en EE.UU. está siendo más persistente que en Europa, lo que les incita a ser prudentes en las bajadas de tipos pese a que los agentes económicos tenían la expectativa de una senda de bajadas más ágil.
Con esta situación, vemos un comportamiento irregular por parte de la Fed. La semana pasada, se decidió bajar tipos en un cuarto de punto porcentual, una cifra inusual, ante una inflación todavía elevada que, en conjunto con salarios que no aumentan lo suficiente, aumentan el coste de vida del ciudadano medio.
Así, la Fed entrará en 2026 con un rango de tipos entre el 3,5% y el 3,75%, elevado para contener la inflación, pero a costa de no estar estimulando el mercado de trabajo, que ha arrojado cifras negativas en las últimas radiografías. En noviembre, tuvieron un 4,6% de paro, el más alto en 4 años. Por otro lado, la Fed no estará satisfecha hasta alcanzar el 2% de inflación, habiendo registrado un 2,8% en septiembre.
En concreto, según uno de los gobernadores de la Fed, lo que les preocupa es la “inflación fantasma” proveniente de “las comisiones por asesoramiento de cartera”. A lo que se refieren con este término es a una cifra de inflación más alta de lo que realmente se vive a pie de calle, debido a estas comisiones de gestión y también a aspectos relacionados con la vivienda.
En mayo, el actual gobernador de la Reserva Federal, Jerome Powell, dejará su puesto. Sin estar todavía asegurado el nombre del sucesor, se prevé que sea Kevin Hassett, alineado con Trump, el próximo presidente de la institución. De ser nombrado, podríamos esperar una política más flexible, aunque si la inflación no se controla, tampoco tendrá mucho margen para bajar tipos.
Finalmente, la economía norteamericana está pendiente de ver si la One Big Beautiful Bill surte efectos positivos. Esta ley, aprobada en julio de 2025, incluye recortes de impuestos, cambios en los programas sociales y aumentos de gastos en defensa e inmigración.
Estabilidad en la UE
En contraste con la situación en EE.UU., la prolongada racha sin cambios en el BCE marca la política de tipos más estable que se experimenta desde la que tuvo lugar entre marzo de 2016 y julio de 2022.
Con el acuerdo logrado para un arancel general del 15% a los productos europeos en Estados Unidos, el impacto de la guerra comercial de Trump no ha sido tan grave como se esperaba, y la economía del continente muestra resiliencia con un crecimiento del 0,1% en el primer trimestre de 2025 y del 0,2% en el segundo.
Con esta marea calmada, el BCE puede seguir sin cambiar tipos en buena parte de 2026, con una previsible subida como próximo cambio.
Expectativas para el 2026
De cara al próximo año, ambas instituciones prevén pocos cambios en sus políticas, pero encaran 2026 en situaciones opuestas. La inflación en la Unión Europea se muestra controlada, con un 2,5% en la UE, aunque es superior en algunos países (por ejemplo, en España subió al 3,2%). Si además no llegan más malas noticias en cuanto a aranceles por parte de EE.UU. o China, no hay atisbo de que vayan a cambiar los tipos.
La Fed, por su parte, prevé mantener sus números, con solo una bajada planeada para 2026 y otra para 2027, en contraste con las expectativas del mercado que esperaban más bajadas en 2026. Estados Unidos afronta una mayor inflación, un cambio de mandato en la institución y división de opiniones entre los gobernadores. Es por ello que algunos expertos financieros comentan en medios que el comportamiento de la Fed será muy difícil de prever en 2026, lo que añade incertidumbre a los mercados.





