Qué les depara a los neobancos españoles en 2026, uno de los mayores mercados en expansión

El sector de los neobancos españoles ya lleva varios años en constante expansión. Y es que, sobre todo desde la pandemia, quedó en evidencia que las burocracias de la banca tradicional ya no son, en efecto, tan necesarias. Con los nuevos desarrollos tecnológicos en materia financiera, un mercado cada vez más competitivo (y abierto a la competencia) y nuevos referentes en el mundo de la banca, este ámbito ha dado un giro de 180° en cuestión de pocos años.
Al asomarnos al horizonte de 2026, la realidad es que los neobancos han dejado de ser una alternativa para los más jóvenes y se han consolidado como un actor sistémico en el sistema financiero español. Con una cuota de mercado que ya ha roto la barrera del 25% entre particulares (alcanzando una penetración del 27,2% frente al 21,8% del año anterior), estas entidades llevan tiempo redefiniendo las reglas del juego.
Cómo los neoboancos desplazan a la banca tradicional
Históricamente, los neobancos entraron en España por un nicho muy específico: los jóvenes y los viajeros. Su propuesta era ofrecer una aplicación intuitiva, con cero comisiones y el mejor tipo de cambio en el extranjero. Hoy, esa estrategia ha dado sus frutos. Según datos de la consultora Inmark, Revolut ya es la cuarta entidad por penetración en España, con un 13,5% del mercado.
Pero el gran cambio que estamos viendo de cara a 2026 no es solo cuánta gente tiene una tarjeta de un neobanco en su cartera, sino qué uso le dan. El volumen de depósitos es el termómetro que mide esta confianza. En el último año, Revolut ha logrado cuadruplicar sus depósitos, rozando los 3.500 millones de euros, mientras que MyInvestor, el neobanco respaldado por Andbank, ya supera los 4.000 millones de euros en ahorro gestionado.
¿Cómo lo están logrando? El éxito de estas entidades se basa en tres pilares que la banca tradicional ha tardado en emular:
- Eficiencia de costes: Al no tener sucursales físicas, su estructura es ligera, lo que les permite trasladar ese ahorro al cliente en forma de ausencia de comisiones y mejores tipos de interés.
- Marketing de influencers: Han entendido que el cliente actual no está en la oficina bancaria, sino en Twitch, YouTube y redes sociales. Alianzas como la de Revolut con Ibai Llanos o la respuesta del Santander fichando al influencer Plex demuestran que la batalla por la atención se libra en las pantallas.
- Experiencia de usuario: Mientras la banca tradicional lucha con sistemas heredados (legacy), los neobancos ofrecen procesos de alta en minutos y una gestión del gasto en tiempo real que engancha a la Generación Z y a los Millennials.
2026: La gran batalla por la inversión minorista
Si el 2024 y 2025 fueron los años de la captación de depósitos, ofertas de préstamos y financiamiento y más extras, 2026 se perfila como el año de la inversión. Neobancos como Revolut, N26, Trade Republic y MyInvestor han identificado que, para ser el “banco principal” de un cliente, deben ofrecer mucho más que una cuenta corriente o la posibilidad de domiciliar una nómina: deben ser su bróker y su gestor de patrimonio.
La estrategia para este año, centrada en la democratización, es abrir las puertas de activos complejos al pequeño inversor. Por ejemplo, Trade Republic ha tomado la delantera en la democratización del Private Equity (capital privado), permitiendo entrar en fondos de gigantes como EQT y Apollo desde apenas 10.000 euros, un terreno antes reservado a grandes fortunas.
En paralelo, Revolut planea reforzar su «supermercado» de fondos, buscando acuerdos con plataformas como Allfunds o Inversis para ofrecer fondos de inversión tradicionales registrados en España, complementando su oferta actual de acciones, criptomonedas y materias primas.
N26, por su parte, se centra en la accesibilidad, con planes de inversión automatizados y tarifas reducidas desde un euro, buscando que el ahorro no se quede estancado por la inflación.
Los gigantes tradicionales no se quedan de brazos cruzados
La banca tradicional ha pasado del escepticismo al contraataque. La estrategia de «si no puedes con ellos, únete (o cópialos)» está en pleno apogeo. Imagin, la apuesta digital de CaixaBank, ya domina el 48% del mercado en el segmento de 18 a 34 años, demostrando que la marca de un banco de siempre, vestida de neobanco, todavía tiene mucho peso.
Por otro lado, el BBVA ha exportado con éxito su modelo digital a Italia y Alemania, utilizando la tecnología desarrollada en España para escalar sin necesidad de oficinas físicas. Este modelo de escalabilidad tecnológica es el que permite a la banca tradicional competir en eficiencia con los nativos digitales.
Desafíos para el 2026: el valor real frente a la confianza
A pesar del crecimiento explosivo, 2026 también será un año de escrutinio. La valoración de Revolut, situada en unos 65.000 millones de euros (al nivel de CaixaBank y por encima de Deutsche Bank), genera admiración y recelo a partes iguales. Los analistas advierten: no basta con tener millones de usuarios; hay que demostrar rentabilidad a largo plazo y solidez en el balance.
El gran reto pendiente para los neobancos sigue siendo la domiciliación de nóminas. Aunque el 27% de los españoles usa un neobanco, solo el 4,2% lo considera su entidad principal. Para romper este techo de cristal, entidades como Revolut están empezando a ofrecer préstamos hipotecarios y créditos al consumo, buscando cerrar el círculo de servicios financieros que un cliente adulto necesita.
En el mercado de la banca española en 2026 veremos una convergencia de modelos: los neobancos se parecerán cada vez más a los bancos tradicionales al obtener licencias bancarias completas y ofrecer productos de crédito complejos, mientras que la banca tradicional seguirá “digitalizándose” para no perder el relevo generacional.
La entrada de inversores tecnológicos como NVentures (Nvidia) en el accionariado de neobancos sugiere que el siguiente paso es la integración masiva de la Inteligencia Artificial para la detección de fraude y la personalización financiera. En definitiva, el usuario español es el gran ganador de esta guerra comercial, disfrutando de servicios más baratos, rápidos y sofisticados que nunca.





