¿Es rentable invertir en whisky? Cómo hacerlo en solo unos pasos

¿Por qué invertir en whisky?

El whisky es un bien finito. Cada barrica tiene una producción restringida y, una vez embotellada o vendida, la oferta es limitada. A medida que envejece, su calidad mejora, con lo cual, vale más en el mercado secundario. Un fenómeno que convierte el paso del tiempo en nuestro aliado: una barrica de 10 años puede duplicar o triplicar su valor con el paso del tiempo.

Por otro lado, el crecimiento del consumo en Asia, América del Norte y Europa ha impulsado el interés por el whisky premium o de alta gama. Mercados como China, India o Emiratos Árabes han contribuido a que la demanda aumente más de un 30% en la última década. Así se genera un entorno favorable para la revalorización sostenida de la bebida.

El whisky no guarda correlación con los ciclos bursátiles. Cuando la volatilidad aumenta, activos como el whisky tienden a aumentar su valor. Podemos considerarlo, hasta cierto punto, un activo refugio, como el oro o el arte, pero con un componente de exclusividad adicional.

Además, el whisky viene creciendo más que otros activos similares. Su rendimiento medio anual en la última década va del 12% al 15%. A diferencia de otras inversiones de lujo, el whisky nos ofrece opciones adaptadas a todos los bolsillos. Podemos empezar a invertir con unos cientos de euros en plataformas que fraccionan la propiedad de barricas o permiten adquirir botellas certificadas.

El otro “oro líquido”

Además de un activo financiero, el oro es un símbolo cultural y simbólico arraigado en la historia de Escocia e Irlanda, especialmente. A diferencia de otros activos tangibles que podemos encontrar en el mercado, el whisky combina valor económico con valor emocional y social.

Tener una botella especial o una barrica exclusiva no es solo una inversión, también es una señal de estatus y pertenencia a una comunidad global. En subastas como las de Sotheby’s o Bonhams las botellas más codiciadas despiertan un interés igual o superior al del arte contemporáneo.

Y es que el whisky ha logrado aglutinar el prestigio cultural con el placer de quienes lo degustan y la rentabilidad financiera.

Tipos de inversión en whisky

Invertir en whisky no solo es comprar botellas y esperar a que se revaloricen. El mercado se ha diversificado y ofrece distintas vías que se adaptan a nuestro nivel de riesgo y perfil como inversores.

Whisky embotellado

Es la forma más accesible y común de invertir en whisky, especialmente si nos encontramos ediciones limitadas, series conmemorativas o lanzamientos de grandes destilerías como Macallan o Yamazaki.

Su atractivo reside en la revalorización por escasez y prestigio, ya que casi todas las ediciones se agotan rápidamente tras su lanzamiento. Botellas famosas, como Macallan Fine & Rare 1926 han llegado a venderse por más de un millón y medio de euros en subastas.

Inversión en barricas de whisky

Es una opción para perfiles institucionales. A través de plataformas especializadas o directamente a través de las destilerías, compramos el contenido antes del embotellado.

El valor de la barrica aumenta con el tiempo gracias al proceso de envejecimiento, que mejora la calidad del destilado. Es una inversión a medio-largo plazo, con rentabilidades que han superado el 500%.

Eso sí, requiere conocimientos técnicos y que tengamos un intermediario fiable para el almacenamiento y la posterior venta.

Inversión en empresas productoras y fondos de whisky

Podemos invertir directamente mediante acciones de grandes grupos del sector como Diageo, Pernod Ricard o Brown–Forman.

Son compañías que combinan la estabilidad de la industria de bebidas con exposición al crecimiento global del mercado premium de destilados. Además, permiten diversificar mediante dividendos y cotización bursátil, lo cual reduce los riesgos de almacenamiento o liquidez que van ligados a las inversiones físicas.

Otra opción son los fondos especializados que gestionan carteras de whisky. Fondos que nos permiten acceder al mercado sin tener que almacenar el activo físico y con una gestión profesional del riesgo y la liquidez. Por ejemplo, The Platinum Whisky Investment Fund o Whisky Invest Direct.

Rentabilidad y potencial de revalorización

El whisky ha pasado de ser un bien de consumo premium a consolidarse como uno de los activos alternativos más rentables y estables del mercado de coleccionismo e inversión. El whisky de colección registró una revalorización del 373% entre 2010 y 2020, superando con creces los rendimientos de otros activos como el arte (141%), los relojes de lujo (89%) o los automóviles clásicos (193%).

El auge del whisky escocés, y el más reciente del japonés, responde a una combinación de factores, como la escasez creciente de ediciones antiguas, el aumento de la demanda en territorios como Asia y Estados Unidos, y un interés sostenido por los bienes tangibles de alta gama.

En el mercado primario, las barricas en maduración han mostrado revalorizaciones medias anuales entre el 8% y el 12%. Sin embargo, son rendimientos que no están garantizados y dependen de la evolución de la demanda, la calidad del lote y las condiciones de almacenamiento.

En el mercado secundario, el valor de las botellas raras y de colección se han revalorizado más aún. Operaciones millonarias que reflejan la capacidad del whisky para preservar valor o, incluso, llegar a multiplicarlo.

Las proyecciones apuntan a un crecimiento de doble dígito en los próximos años gracias a la digitalización y la apertura de nuevos canales de inversión. Sin embargo, la liquidez y los costes de mantenimiento son factores que debemos considerar. Las barricas requieren años de almacenamiento y su venta no es inmediata.

Riesgos de invertir en whisky

Como con cualquier inversión, tenemos que conocer los riesgos asociados a la inversión en whisky antes de apostar nuestro dinero en este sector.

• Riesgo de liquidez. El whisky no puede venderse de inmediato. Su valor depende del tiempo de maduración, que puede extenderse entre los 3 y los 20 años. La reventa de barricas o botellas raras suele requerir de intermediarios especializados o subastas, lo que limita lo rápido que podemos recuperar nuestro dinero.
• Autenticidad y fraude. El mercado de whisky ha sufrido casos de falsificaciones, sobre todo en grandes marcas como Macallan. Es clave verificar el origen del producto. Hemos de exigir certificados de procedencia y comprobar que la plataforma está regulada.
• Riesgo de conservación. Las barricas se deben almacenar en condiciones estrictas de temperatura y humedad. Una mala gestión puede arruinar el proceso de envejecimiento y depreciar el activo.
• Fiscalidad y costes ocultos. Tenemos que asumir costes de almacenamiento, seguros y transporte. Además, los beneficios pueden tributar como rendimientos patrimoniales, lo que reduce la rentabilidad neta final.
• Volatilidad de la demanda. El mercado del whisky está influido por tendencias culturales y geográficas. La popularidad de ciertas marcas o ediciones puede fluctuar con el tiempo y afectar al precio. No todos se revalorizan: algunos permanecen estables y otros pierden valor si el interés del mercado cambia.
• Riesgo de intermediarios no regulados. La proliferación de plataformas digitales ha facilitado nuestro acceso al mercado, pero también han surgido operadores no supervisados. Antes de invertir tenemos que verificar que la empresa sea transparente, registros legales y acuerdos con destilerías reconocidas.

Fiscalidad de la inversión en whisky en España

Aunque la inversión en whisky parece cosa de amantes de este destilado, está sujeta a la normativa fiscal de España. Los beneficios obtenidos de su compraventa, ya sea a través de barricas, botellas o participaciones en fondos especializados, tributan como rendimientos del ahorro y debemos declararlos en el IRPF.

Cuando un inversor vende su whisky a un precio superior al de compra, la diferencia positiva es una ganancia patrimonial que se integra en la base del ahorro y tributa según los tramos vigentes:

• 19% para los primeros 6.000€
• 21% entre 6.001€ y 50.000€
• 23% entre 50.001€ y 200.000€
• 27% entre 200.001€ y 300.000€
• 28% desde 300.001€

El cálculo se realiza restando al precio de venta el coste de adquisición, al que pueden añadirse gastos asociados.

Si invertimos a través de plataformas que gestionan barricas o fracciones de whisky, no poseemos físicamente el activo, sino un derecho sobre él. A efectos fiscales, se considera una inversión en un activo tangible, por lo que las plusvalías tributan como ganancias patrimoniales cuando vendemos o liquidamos. Las plataformas no suelen practicar retenciones automáticas, de modo que debemos declarar las ganancias en nuestra declaración anual.

Por otro lado, la compra de whisky suele estar sujeta a IVA o impuestos especiales, según si hemos adquirido botellas físicas o participaciones a través de una sociedad. Las operaciones de inversión no soportan el IVA, pero sí implican gastos administrativos o de almacenamiento que incluyen impuestos indirectos.

Si el valor acumulado de las inversiones en whisky supera los mínimos exentos del Impuesto sobre el Patrimonio, tendremos que incluirlo en la declaración anual. En caso de transmisión por herencia o donación, el whisky tributa como cualquier otro inmueble conforme al Impuesto de Sucesiones y Donaciones.

Estrategias para invertir en whisky

Invertir en whisky requiere que tengamos una visión a medio y largo plazo, ya que la revalorización depende del tiempo de maduración, la escasez de edición y la reputación de la destilería. Lo más común es diversificar entre barricas de maduración y botellas de colección, combinando activos con liquidez limitada y otros más comerciales en el mercado secundario.

En cuanto a las barricas, podemos optar por destilerías reconocidas, cuya demanda histórica ha mostrado un rendimiento estable. Lo ideal es seguir la evolución de los precios por litro y por año de envejecimiento, así como considerar el almacenamiento en depósitos certificados para ganar autenticidad y seguridad.

Para las botellas raras y ediciones limitadas, la clave está en adquirir lotes con potencial de apreciación a largo plazo. Una estrategia prudente incluye que fijemos un horizonte temporal mínimo de 5 o 10 años, que documentemos todos los costes y que establezcamos criterios de salida claros, ya sea mediante venta directa, subasta o embotellado.

Descargo de responsabilidad: Este artículo no constituye una recomendación para comprar o vender ningún valor. Se trata de un contenido educativo, que sirve como guía para interpretar indicadores y parámetros aceptados de modo general en la industria financiera. La información de este artículo no se puede tomar como consejo de inversión, y es fundamental entender que la inversión en mercados constituye un alto riesgo para tu capital. No inviertas nunca aquel dinero que no puedes permitirte perder.

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