10 claves para la educación financiera de los niños
La alta inflación e incertidumbre actual hace necesario poner el foco en educación financiera para el futuro de los más jóvenes
La tasa de inflación disparada a unos niveles no vistos desde los año 80, llegando a rozar el 10%, el coste de la energía por las nubes y la creciente incertidumbre sobre la economía mundial es uno de los mejores momentos para comenzar a poner en práctica la educación financiera de los más pequeños de la casa. La importancia del ahorro, de la planificación, de saber esperar al momento correcto y del esfuerzo que supone ganar dinero son lecciones que pese a ser siempre de mucho valor, cobran especial importancia en estos momentos.
Saber enseñar a los niños lecciones simples, fáciles y valiosas en una edad temprana puede suponer un futuro mucho más independiente, feliz y seguro, además de establecer unos hábitos e ideas que les ayuden a enfrentarse a un mundo cada vez más complejo y dinámico.
La educación financiera siempre ha sido una asignatura pendiente en nuestro país, por ello debemos ser proactivos y darle la importancia que merece para el futuro de los más pequeños de la casa. Hacerles entender el valor del dinero, del esfuerzo y el ingenio desde la infancia ayuda a crear un entorno de mayor responsabilidad y de confianza sobre las decisiones financieras personales de cualquier persona y familia.
Es importante enseñar a los niños sobre el dinero desde una edad temprana. Los niños con conocimientos prácticos con respecto al dinero saben cómo ahorrar, gastar con prudencia y ser caritativos. Como padre o madre, puedes ayudar a tus hijos a ser inteligentes en cuanto al dinero enseñándoles habilidades financieras e inculcándoles buenos valores desde el principio de su vida. La mayoría de los padres quieren que sus hijos sean responsables financieramente y tengan una buena visión del dinero. Pero ¿cómo inculcar estos valores a sus hijos?
Por ello, hemos seleccionado las mejores claves de los expertos sobre cómo educar a los niños con respecto al dinero y las finanzas personales. Siguiendo estos sencillos consejos, puedes ayudar a tus hijos a desarrollar hábitos financieros saludables que les durarán toda la vida.
10 claves para enseñar a los niños sobre las finanzas y el dinero
1. Empieza cuanto antes
Nunca es demasiado pronto para empezar a enseñar a tus hijos sobre el dinero. Puedes empezar por ayudarles a entender el valor de un simple euro. Explícales conceptos básicos como que un euro vale más que una moneda de 20 céntimos, y que una moneda de 10 céntimos vale más que una de 5 céntimos y por qué.
Ayúdales a entender que algunos artículos valen más dinero que otros. Por ejemplo, explícales que un juguete nuevo puede costar cinco euros, mientras que un juguete usado puede costar tan sólo un euro. Incluso a una edad muy temprana, los niños pueden entender el concepto de más y menos. Puedes introducir a tus hijos en el tema del dinero tan pronto como sepan contar. Pídeles que cuenten el cambio como forma de exponerlos al día a día del dinero. Crea dos montones y haz que te digan cuál tiene más monedas y cuál tiene menos. Una vez que puedan entender el valor de cada tipo de moneda, el mismo juego se vuelve más desafiante: ¿Qué montón de monedas vale más? En el futuro podrás ir ampliando estos conocimientos básicos.
También puedes animar a los niños pequeños a leer los carteles de los precios en el supermercado y explicarles lo que significa que un artículo esté en oferta. Puedes explicarles por qué compráis en una tienda outlet o por qué compráis ciertos artículos a granel. A medida que crezcan, puedes incluso hacer que calculen el precio por kilo para averiguar qué artículo es la mejor oferta.
2. Utiliza ejemplos prácticos y cotidianos
Cuando enseñes a tus hijos sobre el dinero, utiliza ejemplos del mundo real para ayudarles a entenderlo. Por ejemplo, cuando estés en el supermercado, hazles saber cuánto cuesta cada artículo y por qué lo compras.
Si vas a salir a comer, explícales cuánto va a costar la cuenta y por qué la vas a pagar. Utiliza situaciones cotidianas para ayudar a los niños a entender el valor del dinero.
3. Ayúdales a entender el valor del dinero
La mayoría de los niños aprenden sobre el dinero de dos maneras: o sus padres les enseñan, o aprenden por las malas cometiendo errores con su propio dinero. Es importante que los niños entiendan que el dinero «no crece de los árboles». Explícales de dónde viene el dinero y lo mucho que hay que trabajar para ganarlo.
Ayúdales a ver la conexión entre el trabajo y el dinero llevándoles contigo al trabajo, o asignándoles tareas de la casa adecuadas a su edad que tengan una recompensa ya sea monetaria o no.
4. Empieza pronto con una propina o paga
Enseñar a los niños a gastar y ahorrar es más fácil cuando tienen su propio dinero para trabajar. Empieza con una pequeña asignación que pueda utilizar para tomar decisiones sobre cómo gastar o ahorrar su dinero.
A medida que crezcan, puedes aumentar la cuantía de la paga y asignarles tareas más complejas, como hacer un presupuesto mensual o elaborar un plan de ahorro. Dar a los niños una asignación les ayuda a tomar conciencia de su propio dinero. Es mejor cometer un error a los 12 años con 50 euros que a los 35 con 50.000. Sin embargo, debes dar una cantidad de dinero que se ajuste a la edad de tu hijo y a su capacidad para gestionarlo de forma eficaz. Por ejemplo, un niño de 10 años podría recibir 10 euros al mes. Como el objetivo principal es que tus hijos aprendan de sus errores, intenta darles un control total sobre el uso de su paga o propina.
Por supuesto, el dinero que les des puede ser a cambio de que se ocupen de las tareas domésticas, como hacer la cama, doblar las toallas o contribuir a otras tareas en casa. Asumir estas responsabilidades y ganar dinero por ello es un gran primer paso para preparar a tu hijo para el mundo real al que tendrá que enfrentarse en el futuro.
5. Establece un presupuesto
Uno de los principales errores de las personas que toman malas decisiones financieras o se endeudan mucho es que nunca habían aprendido a hacer un presupuesto, establecer un plan y a ceñirse a él. Una de las cosas más importantes que deben aprender los niños sobre cómo administrar su dinero es la creación de un presupuesto. Ayúdales a entender qué es un presupuesto y cómo elaborarlo. Pero explicar un presupuesto a los niños puede ser complicado: ¿cómo hacerlo interesante y comprensible para ellos?
Desglosa el presupuesto en términos sencillos que los niños puedan entender. Por ejemplo, explícales que un presupuesto es como un plan de gastos: es una forma de asegurarte de que no sobrepasas los límites de lo que te puedes permitir. El siguiente paso podría ser ayudarles a establecer su propio presupuesto. Puede ser tan sencillo como anotar cuánto dinero tienen y en qué quieren gastarlo. A continuación, con la asignación que han ganado, pídeles que hagan un seguimiento de sus gastos durante un periodo de tiempo para ver en qué se gastan su dinero y si están o no ahorrando para aquello que quieren conseguir. Esto les ayudará a ver el panorama general y a tomar mejores decisiones sobre cómo gastar o ahorrar su dinero.
6. Anímalos a ahorrar dinero
Ahorrar es una habilidad importante que ayudará a tus hijos a lo largo de toda su vida. Ayúdales a empezar abriéndoles una cuenta de ahorros conjunta en tu banco de confianza o estableciéndoles una aportación anual a un fondo de inversión.
Anímalos a depositar una parte de su asignación en esta cuenta de ahorro, ya sea una vez a la semana, al mes o cada año. Explícales por qué que es importante ahorrar para el futuro y para la incertidumbre y que nunca deben gastar todo su dinero en una sola cosa. A medida que crezcan, puedes ayudarles a establecer objetivos financieros, como ahorrar para un coche o para una casa.
También puedes enseñarles a invertir y las diferentes formas de ahorrar dinero. Para enseñarles el valor de invertir en un fondo de inversión, puedes ofrecerles igualar sus aportaciones hasta una determinada cantidad. Esto los animará a ahorrar más y también les hará comprender por qué deben aprovechar los vehículos de inversión que se benefician del interés compuesto, ya sean fondos o planes de pensiones tan pronto como puedan.
7. Enséñales a distinguir entre necesidades y deseos
Una de las lecciones más importantes que deben aprender los niños es la diferencia entre necesidades y deseos. Todo el mundo necesita comida, techo y ropa, pero no todo el mundo necesita el último juguete o aparato electrónico. Ayuda a sus hijos a distinguir entre sus necesidades y sus deseos hablando de ello cuando tomen decisiones de compra en familia.
Con tantas posesiones materiales a su disposición, es fácil que los niños se confundan sobre lo que realmente necesitan en la vida. Si les inculcamos algunos principios clave, podemos ayudarles a entender la diferencia entre ambas cosas.
Una forma de explicar la diferencia entre necesidades y deseos es utilizar el ejemplo de la comida. Necesitamos comida para sobrevivir, así que es una necesidad. Pero hay muchos tipos de alimentos diferentes, y podemos desear ciertos alimentos porque nos gustan más o nos hacen sentir más felices. Por tanto, aunque todos los alimentos son una necesidad, no todos son un deseo.
Una vez que los niños entienden la diferencia entre necesidades y deseos, puedes ayudarles a tomar mejores decisiones sobre cómo gastar su dinero.
Enséñales a preguntarse si algo es una necesidad o un deseo, y ayúdales a tomar decisiones basadas en ello. Si no están seguros, haz que lo hablen contigo para que puedas ayudarles a tomar la decisión correcta. Cuanto más familiarizados estén con lo que cuestan las cosas, más capaces serán de juzgar lo que tiene más valor para ellos y de lo que pueden prescindir.
8. Enséñales a ser caritativos
Devolver a los demás también es un valor importante que hay que inculcar a los niños. Hay muchas formas de hacerlo, pero una de las más sencillas es implicar a tus hijos en las donaciones benéficas en familia. Cada año, elija una organización benéfica para apoyar y haz que todos los miembros de la familia colaboren. Puede ser mediante el voluntariado de su tiempo o la donación de dinero a la organización benéfica en cuestión. Ayúdales a encontrar formas de contribuir y marcar la diferencia en el mundo.
9. Haz que las decisiones cotidianas sobre el dinero sean visibles
Los niños son muy observadores y captan mucho con sólo vernos hacer cosas diarias. Cuando vayamos a comprar al supermercado, aprovecha la oportunidad para hablar con tu hijo mientras escoges los productos o ponemos los artículos en la cinta para el cobro. Deja que tu hijo participe en los momentos cotidianos normales relacionados con el dinero.
Puede ser a través de cosas sencillas como dejar que su hijo entregue monedas o billetes al camarero cuando pague un café o la comida, y dejar que reciba el cambio. Después de que tu hijo reciba el cambio, siéntate, cuenta y comprueba el cambio a su lado. Así sabrán que cada moneda cuenta. Siempre que sea posible, relaciona las decisiones sobre el dinero con objetivos que sean motivadores, divertidos o interesantes para su hijo. Puedes hacerlo dejando que tu hijo participe activamente en las decisiones relacionadas con sus intereses. Por ejemplo, si a su hijo le gusta la pizza, intenta llevarle contigo en todo el proceso de elección, pedir y pagar, como entregar el dinero, recuperar el cambio y contarlo.
10. Anima a tus hijos a ganar dinero mediante el trabajo
Crear o ayudar a tu hijo a encontrar oportunidades sencillas para ganar dinero con trabajos que le interesen es una gran manera de enseñarle el valor del trabajo. También ayuda a eliminar la idea de que tienen derecho a conseguir lo que quieran sin dar nada a cambio.
Ayuda tus hijos a elaborar una lista de trabajos que podrían realizar a cambio de una remuneración. Asegúrate de que realmente pueden hacer esos trabajos y de que les ayudarán a aprender y desarrollar sus habilidades. En el caso de los niños más pequeños, estos trabajos pueden consistir más bien en realizar tareas rutinarias como vestirse para ir al colegio, hacer la cama o simplemente hacer los deberes. Los niños más mayores pueden hacer trabajos de jardinería, cuidar a los niños u otras tareas útiles para la familia, los amigos o los vecinos.