¿Conviene invertir en letras del Tesoro en 2025? Claves tras el bajón de abril

La fiebre por las letras del Tesoro, que en 2023 atrajo a miles de pequeños ahorradores, se enfría en 2025. La caída de su rentabilidad despierta dudas entre quienes buscan refugio seguro para su dinero. ¿Sigue siendo una buena idea o llegó la hora de mirar hacia otro lado?

Letras del Tesoro: un refugio que paga menos

En mayo de 2025, las letras del Tesoro a tres meses ofrecieron una rentabilidad del 1,989%. La cifra, aunque sigue siendo positiva, marca el nivel más bajo desde diciembre de 2022. En paralelo, las letras a nueve meses cerraron con un 2,013%, apenas por encima del 1,927% de la subasta anterior, apuntan desde Business Insider.

El mensaje es claro: los intereses han comenzado a bajar, y eso obliga a los inversores a recalcular. Lo que en 2023 parecía una apuesta segura con beneficios por encima del 3%, hoy se enfrenta a un nuevo escenario dominado por la cautela del Banco Central Europeo, que ha empezado a relajar su política monetaria ante la ralentización económica. Y eso, como efecto dominó, impacta directamente en la rentabilidad de la deuda pública.

¿Todavía valen la pena las letras del Tesoro?

La respuesta corta: depende. Las letras del Tesoro siguen teniendo dos características valiosas para el inversor medio: son productos de corto plazo y están respaldadas por el Estado. En momentos de volatilidad financiera, eso pesa.

Pero hay una trampa silenciosa: la inflación. Con un IPC interanual del 2,8% al cierre de 2024, muchas de estas letras ofrecen ahora un rendimiento real negativo. Es decir, el dinero colocado pierde poder adquisitivo con el tiempo.

Aun así, siguen siendo una buena herramienta para quienes priorizan la seguridad sobre la rentabilidad. Especialmente si se trata de fondos que no se necesitarán en el corto plazo y que se quiere preservar de mayores riesgos.

Qué recomiendan los expertos

Desde Finect, sugieren que, aunque las letras del Tesoro siguen siendo una opción válida para perfiles conservadores, «la rentabilidad ya no es tan competitiva» como en los últimos dos años. Según ella, algunos fondos de renta fija a corto plazo o cuentas remuneradas empiezan a ofrecer mejores condiciones, sin asumir demasiado riesgo.

Por su parte, Christine Benz, directora de finanzas personales y planificación de retiro en Morningstar, señala que las expectativas del mercado apuntan a una moderación en los tipos de interés en la segunda mitad del año. Para inversores con más tolerancia al riesgo, los bonos corporativos a medio y largo plazo podrían convertirse en alternativas más atractivas, al ofrecer un rendimiento superior en un horizonte más amplio.

¿Y qué otras opciones existen?

En este escenario, muchas carteras comienzan a diversificarse con productos que, sin perder del todo la seguridad, aportan algo más de rentabilidad:

  • Fondos monetarios: productos como AXA Trésor Court Terme C (3,65% anual) o Groupama Trésorerie IC (3,67%) ofrecen un buen equilibrio entre liquidez y rentabilidad, de acuerdo a un análisis publicado en Suma Inversión.
  • Depósitos a plazo fijo: algunas entidades mantienen ofertas superiores al 2%, con la garantía del Fondo de Garantía de Depósitos hasta 100.000 euros.
  • Bonos corporativos de alta calidad crediticia: ideales para perfiles más dinámicos que estén dispuestos a asumir una pizca más de riesgo a cambio de rentabilidad extra.

No te olvides de Hacienda

Un dato clave para no llevarse sorpresas: los rendimientos generados por las letras del Tesoro tributan como rendimientos del capital mobiliario. En otras palabras, hay que pasarlos por caja en la declaración de la renta.

Los tramos van desde un 19% para los primeros 6.000 euros hasta un 28% si se superan los 300.000 euros.
Por eso, es conveniente hacer cuentas reales, descontando impuestos e inflación, antes de decidir si entrar o renovar posiciones.

La conclusión: seguridad sí, pero con matices

Para quienes buscan estabilidad absoluta, las letras del Tesoro seguirán estando en el radar. Pero su encanto de 2023 se ha desvanecido. El contexto actual exige un análisis más fino y, sobre todo, comparar opciones.

La diversificación, como siempre, es la mejor opción. Combinar letras del Tesoro con fondos monetarios, bonos sólidos o cuentas remuneradas puede ofrecer un escudo frente a la pérdida de poder adquisitivo, sin renunciar del todo a la seguridad.

Y si hay una regla que nunca cambia, es esta: mejor informarse bien antes de dar el paso.

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