Inversión y Fiscalidad. ¿Qué impuestos debes pagar como inversor?
Seamos sinceros: nuestro objetivo central a la hora de invertir es ganar dinero. Eso sí, antes de empezar a invertir y obtener beneficios es imprescindible entender y tener controlados los impuestos que nos costará esta tarea.
No te asustes si al hablar de ficalidad se te pone el vello de punta: En este artículo te traemos una guía completa sobre los impuestos que debes controlar en tus planes de inversión en España, para que puedas zambullirte en este emocionante mundo sin preocuparte de Hacienda.
¿Tienes mil preguntas acerca de qué impuestos pagar al invertir? Quédate porque repasamos diferentes tipo de fondos, planes y opciones de inversión, y seguro que resolveremos todas tus dudas. ¡Continúa leyendo!
¿Qué impuestos debo pagar por invertir?
No todos los tipos de inversión tributan de la misma forma, sino que los impuestos que pagaremos estarán totalmente determinados por el producto financiero del que seamos beneficiarios.
Aquí va la primera recomendación que debemos apuntar en cuanto a fiscalidad e inversión: Cuanto más podamos postergar el momento de pagar nuestros impuestos, mejor.
Eso sí, algo que debemos tener presente es que hay un momento ineludible para todo residente español donde deberemos tributar nuestros ahorros, sean del tipo que sean: la Declaración de la Renta anual, donde se nos retiene dentro del IRPF como «rentas del ahorro».
Los impuestos que pagamos por invertir dependen, en primer lugar, del origen de nuestros beneficios: No tributaremos igual por obtener dividendos procedentes de acciones de bolsa que por reembolsar nuestros beneficios de un fondo de pensiones.
Cada producto de inversión tiene sus propias condiciones de fiscalidad, y esto es lo que lo hace un tema tan enrevesado. No te preocupes, porque entramos en materia para explicar cómo asumir tus impuestos en todos ellos.
¿Cómo tributa un Depósito bancario?
Empezamos paso a paso con el caso de los depósitos bancarios, que es quizá uno de los más rígidos y por ello, también, uno de los más sencillos de entender.
Un depósito es uno de los productos de inversión más atractivos que puede ofrecer una entidad bancaria, sobre todo en la actualidad donde el resto de su catálogo no puede competir con lo que ofrece un robo advisor o una fintech.
Los depósitos funcionan de una forma muy sencilla: guardas tu dinero en el banco durante un tiempo firmado y la entidad te lo devuelve con intereses. Son estos intereses, los beneficios que te entrega el banco, lo que deberemos tributar.
En función de los beneficios que hayamos obtenido con nuestro depósito, tendremos que declarar entre el 19% y el 23% de éste, dentro de nuestra Declaración de la Renta anual.
Aquí hay un detalle que debemos tener en cuenta, y es que en el momento que la entidad bancaria nos entregue los intereses de nuestro depósito ya vendrá con una retención fiscal del 19%. Algo que ajustaremos en la siguiente declaración, en función por supuesto de nuestro tipo marginal.
¿Cómo tributan los intereses de una Cuenta Remunerada?
Las cuentas remuneradas son la otra opción de ahorro competitiva que puede ofrecernos una entidad bancaria y que nos permite generar ciertos beneficios de una forma sencilla.
Este tipo de cuentas funcionan como una cuenta de ahorro en la que vamos depositando nuestro capital, y según el TAE que haya estipulado la entidad para nuestra cuenta se irá generando cierto interés que llegado el momento podremos reembolsarnos.
Si tienes abierta una cuenta de este tipo como plan de ahorro ten en cuenta que cuanto más tardes en retirar tu capital, mejor: No sólo por retrasar el momento de tributarlos, sino porque si retiras tu dinero antes de lo estipulado por la entidad, perderás los beneficios de la cuenta.
A ojos de Hacienda, una cuenta remunerada funciona de forma muy similar a un depósito por lo que, en función de cuántos beneficios nos devuelva el banco, se nos aplicará una retención al IRPF de entre un 19% y un 21%.
Ahora bien, aquí si nos encontramos con una diferencia clave. En este caso no tributaremos según ingresos, sino por tramos. Para que lo veas más claro:
- Si generamos 6.000€, pagaremos un 19%
- Desde los 44.000€ siguientes; es decir, a partir de 50.000€ de beneficio pagamos un 21%
- A partir de 55.000€ generados en total (los 5.000€ restantes), pagamos un 23% de IRPF.
Es el propio banco el encargado de hacer el cálculo en el momento y devolverte los intereses de tu cuenta, que vendrá ya incluida con la respectiva retención. En función de tu tipo marginal, podrás ajustar números con Hacienda en la Declaración de la Renta.
¿Qué impuestos debo pagar por invertir en Bolsa?
La inversión en bolsa cuenta con un complejo abanico de productos financieros y, como no, cada uno de ellos ofrece sus propias condiciones en cuanto a fiscalidad e inversión.
Vamos a centrarnos en los tres principales que son también de los que podremos obtener ciertas ventajas fiscales: fondos de inversión, acciones y ETFs.
Antes de entrar en mayores detalles te adelanto que la fiscalidad en bolsa solo exige el pago de impuestos en el momento en que vendes un activo, ya que es cuando se recogen los beneficios sobre los que se calculan las tributaciones que tendrás que realizar.
Y sí: aunque cada producto tenga sus condiciones específicas, esta característica en concreto es común a todos ellos. De hecho, desde el año 2016 se aplica, a todos los productos de inversión en bolsa, una retención regulada de la siguiente forma:
- Un 19% de los beneficios obtenidos si son menores a 6.000€.
- Un 21% de los beneficios si son entre 6.000€ y 50.000€.
- Por último, un 23% de los beneficios si son superiores a los 50.000€.
Vamos a analizar, de forma más pormenorizada, qué es lo que sucede con cada uno de estos productos de inversión en Bolsa al momento de tributar.
Fiscalidad de un Fondo de Inversión
Los impuestos que se deben pagar según los beneficios obtenidos en fondos de inversión es diferente a los que se pagan con acciones o ETFs. Es, de hecho, comparable a la fiscalidad que nos encontramos en el caso del depósito bancario.
En este caso, si contamos con participaciones en un fondo de inversión y las vendemos, en ese mismo momento asumiríamos la retención de impuestos por parte de Hacienda, que será siempre del 19% de los beneficios.
Como es habitual, será cuando lleguemos a la Declaración de la Renta anual cuando podremos ajustar esta retención y recuperarla, siempre y cuando no superemos el tipo marginal.
Tratamiento fiscal de acciones y ETFs: ¿Cómo tributar?
Los ETFs son un producto considerado un híbrido entre los fondos de inversión y las acciones, por lo que engloban características de ambos. Cuando hablamos de fiscalidad, los ETFs guardan más similitud con las acciones, ya que mantienen el mismo tratamiento por parte de Hacienda que éstas últimas.
En este caso, tanto ETFs como acciones retrasan la tributación de impuestos hasta el momento de la Declaración de la Renta, a diferencia de los fondos de inversión que retienen beneficios del IRPF desde el mismo momento de su reembolso.
Empezaremos entrando en materia directamente sobre los impuestos que te concierten si inviertes en ETF, y es que hay un concepto que es mejor que tengas claro: Acciones y ETF tienen un tratamiento fiscal idéntico.
Hablando claro: Si tienes acciones en bolsa, cada pérdida o ganancia derivada de estas debes reflejarlas en tu Declaración de la Renta anual. Con los ETF pasa exactamente igual: cada operación que realizan nuestros ETF o acciones concierne a Hacienda y por tanto, debe registrarse en la base imponible del ahorro.
Las tasas que se pagan son las que mencionábamos con anterioridad, de entre el 19% y el 23% dependiendo de la cantidad de beneficio económico. La diferencia a los fondos de inversión es que puede darse el caso de que se vendan las participaciones o acciones en un momento determinado, y pase un año hasta que haya que declararlo en la Renta.
En este caso, debemos tener siempre presente que vamos a tener ese gasto, y reservarlo para cuando llegue el momento de pagar los impuestos derivados de nuestra inversión.
Otros impuestos a inversiones: ¿Qué son los dividendos?
Antes de desglosar paso a paso la fiscalidad característica de los dividendos en España, nos detendremos en definir el concepto.
Cuando llega el momento de repartir beneficios, las empresas los reparten de forma proporcional entre todos sus accionistas; a veces como dinero y otras directamente como acciones. Son estos beneficios a lo que llamamos dividendos.
El reparto de dividendos resulta muy interesante para los accionistas, ya que no deja de ser una renta más. Por esta misma razón, también cuenta con una fiscalidad tal, tributando entre el 19% y el 26% para la Declaración de la Renta del 2024, según el resto de tus inversiones.
Si recibes tus dividendos en forma de acciones, no tendrás que tributar por ellas hasta que decidas venderlas para obtener beneficio económico, lo cual hace que en muchas ocasiones este formato de dividendo se convierta en una mejor opción que la retribución económica.
Ahora bien, para tributar nuestros dividendos de dinero efectivo, tendremos en cuenta nuestras ganancias totales: En la Declaración de la Renta de 2020 (la que hacemos en 2024), los porcentajes que calculamos están entre el 19% y el 23%. La Declaración de la Renta de 2024 (el próximo año) aplica la subida de impuestos, donde tributamos entre 19% y 26%:
Declaración de la Renta 2020
- Hasta 6.000€ de rentas de trabajo declarados, tributamos un 19%.
- Entre 6.000 y 50.000€, tributamos un 21% de impuestos.
- Si nuestro rendimiento de trabajo es mayor a 50.000€, pagamos un 23%.
Declaración de la Renta 2024
En la Declaración de la Renta del próximo año nos hacemos eco de la subida de impuestos que influirá en los rendimientos de trabajo. Estos son los porcentajes a declarar:
- Hasta 6.000€ de ingresos, se mantiene un 19%.
- Entre 6.000 y 50.000€, un 21% de impuestos.
- Un nuevo tramo: Entre 50.000 y hasta 200.000€, tributamos un 23%.
- A partir de 200.000€, los impuestos suben hasta un 26%.
Productos Financieros con Mayores Ventajas Fiscales
Ahora que conocemos en más detalle los impuestos que engloban los distintos productos de inversión disponibles en España, es el momento de distinguir qué ventajas fiscales puede aportarnos cada uno de ellos y, en este sentido, cuál nos interesa más.
Quizá la fiscalidad de la inversión no parezca determinante a la hora de decantarse por uno u otro producto financiero; sin embargo, es muy valorable, ya que puede llegar a aportarnos muchos beneficios. Efectivamente, existe una ventaja sobre un productos con respecto a los demás, y estos son los fondos de inversión.
Aunque los fondos de inversión tengan un tratamiento fiscal muy similar a las acciones y ETFs, hay una diferencia fundamental que no pasa desapercibida. Los fondos de inversión solamente tributan cuando se realiza el reembolso de los mismos.
De esta forma, tenemos la opción de hacer traspasos de dinero entre fondos sin tener que realizar la venta para acumular el beneficio. Los impuestos solamente se pagarían una vez se venda todo, al declararlos en la Renta, y podemos hacer un diferimiento fiscal hasta ese momento.
El alivio fiscal no lo es todo y hay otros aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de decidirnos por uno u otro producto. Aunque los ETF no ofrezcan estas ventajas en cuanto al pago de impuestos, sí es cierto que sus comisiones muchísimo más económicas, especialmente si se invierte a través de robo advisors.
Es por ello que a la hora de decantarnos entre ambas opciones, hay que sentarse a echar números y calcular qué nos merece más la pena con todos los factores sobre la mesa: unas comisiones mucho más reducidas o una menor presión fiscal.
Conclusiones – Cómo manejar nuestros impuestos al invertir
La fiscalidad y los impuestos que nos conciernen como inversores debe preocuparnos incluso antes de lanzarnos a invertir. Depositar nuestros ahorros en un producto financiero, pensando solamente en el beneficio directo y sin valorar el ojo avizor de Hacienda es, cuanto menos, imprudente.
Tanto si estás iniciándote en el mundo de la inversión pasiva, como si ya cuentas con algo de experiencia, esta guía te será de ayuda para organizar tus impuestos relacionados con tu inversión y no volverte a agobiar a la hora de enfrentarte a la Declaración de la Renta ni ningún otro trámite con Hacienda.
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